Normalmente cuando nos preguntamos a nosotros mismos ¿Qué hago ahora? es porque no tenemos ni idea de lo que hacer...
A veces esto tiene que ver con una decisión seria, importante y crucial...
A veces es algo sencillo y que no nos traerá tantas consecuencias si tomamos una decisión precipitada...
A veces es algo que ya lleva días, semanas, meses o hasta años con nosotros y vivimos una profunda indecisión...
Por lo tanto, ¿Qué hago cuando no sé lo que hacer?...
A mi no me gustan las fórmulas y los pasos para que la gente pueda seguirlos como si fuera algo mágico..
De modo que una vez seguidos cada paso, punto y regla todas las cosas se ajustan perfectamente bien....
Definitivamente no creo que esto funciona y no significa necesariamente que si para uno ha funcionado, funcionará para todos...
Cada caso es un caso (punto final).
Y además, personalmente creo que Dios es suficientemente libre y creativo para tratar cada uno de nosotros de una manera singular, personal, individualizada y única.
De todas maneras, orar y no precipitarse son decisiones básicas antes de decidir cualquier cosa y sobre todo cuando nos damos cuenta que no sabemos lo que hacer...
Esperar y estar en silencio escuchando su propio corazón es algo que nos hace bien...
¡Sí! Nos hace bien a nuestra alma, mente y cuerpo...
Sentir paz es imprescindible antes de cualquier decisión, sea lo que sea...
Me encanta la naturaleza y pasar tiempo con ella pues me habla de vida, de Dios, de libertad y siempre la recibo como una poesia de Dios a mi.
¿¡¿Equívocos???¡?
¿Quién aquí nunca se equivocó? ¿Quién aquí nunca se precipitó? ¿Quién aquí nunca ha cambiado los pies por las manos? ¿Quién aquí nunca ha decidido algo mal?
¡¡¡Todos nosotros!!
¿Hay alguien que quiere casarse para divorciarse? Hay alguien que quiere tener hijos para verlos en las drogas? ¿Hay alguien que quiere abrir una empresa para verla fallida? ¿¿¿Hay??
¡Estoy seguro que no!
Pero la vida nos trata (a veces) de una manera que no esperamos y tampoco queremos.
De modo que la mejor cosa que debemos hacer cuando no sabemos lo que hacer es...
¡NO HACER NADA!
Es descansar y saber que todo pasa en nesta vida, vivimos ciclos y que un día este huracán existencial dará lugar a un lindo y bello jardin lleno de flores.
Este día vendrá y llegará...
Y cuando venga, me acordaré de todas las enseñanzas que la propia dificultad me ha mostrado y explicado porque todo, absolutamente todo nos ayuda a bien según el apóstol Pablo...
...hasta las peores crisis existenciales y las más terribles situaciones que uno pueda pasar nos ayuda a bien porque amamos a Dios y Él tiene un propósito para cada hijo Suyo.
Es no hacer nada hasta que venga la paz para hacer...
...para decidir y tomar el paso siguiente.
Te invito a pensar en esto.
Fábio
Barcelona
