domingo, 2 de noviembre de 2008

Un encuentro en Barcelona, una visita de Holanda, un divine appointment...

Acabo de enviar un correo a Ilse confirmando que ella y sus amigos pueden venir a Barcelona en Diciembre y que nuestros pisos estarán disponibles a ellos.

La conocí de una manera insólita y singular y a partir de esta fecha muchas cosas han pasado…

Ha sido así…

Tenía la costumbre de ir a la playa por la noche porque me gustaba estar un rato solo, pensando en las cosas del día que habían pasado, orando y escuchando mi corazón . Vivía cerca de Barceloneta, en el barrio de Raval, y por lo tanto 15 minutos con la bicicleta eran suficientes para llegar al puerto Olímpico.

Era una noche muy fría, otoño-invierno, no había básicamente nadie en la playa y me acerqué al mar y me senté. Llevaba guantes, gorra, llevaba abrigo porque hacía frio y ya era muy tarde.

Normalmente me quedaba hasta las 11 de la noche pero aquella noche sentí que debería permanecer un poco más por alguna razón, una razón desconocida…

A las doze de la noche, las luzes se apagan, no sabía que el Gobierno estaba ahorrando energía y me acuerdo que tomé un susto, pero como no había nadie en la playa, me quedé sentado orando y pidiendo a Dios gracia para aquella semana pues estaba siendo una semana de muchas preguntas sin respuestas…

Cuando seguía solo orando y escuchando mi corazón, sobre la una de la mañana más o menos, se acercó una chica y pasó en dirección al mar, la miré y pensé que podría hablar con ella algo pues a lo mejor estaba borracha y de alguna manera podría hablarle que estaba allí porque creía que era posible hablar con Dios y que Él era accesible y estaba cercano a nosotros.

De repente la veo sin sus sapatos y cuando pone sus pies en el mar.

-¡Ah!-grita asustada, pues el mar estaba absolutamente frío.

Viene caminando a mi dirección.

-¡Hola!-le saludo, directamente.

-¡Hola!-me responde, pero con un acento muy fuerte y me doy cuenta que no habla español.

-Can you speak English?-le pregunto rápidamente.

-Yes. I can- me contesta, y se acerca a mí.

No era capaz de verla muy bien porque hacía frío y estaba muy oscuro, pero empezamos a hablar en inglés.

-¿Qué haces aquí y cómo te llamas?-le pregunto yo.

-Me llamo Ilse, soy de Holanda y estoy tocando en una fiesta aquí al lado -me responde-, ¿y qué haces tú aquí? -me pregunta, curiosa por saber lo que hacía sobre las 2 de la mañana en la playa solo.

Inmediatamente pasó por mi cabeza que ésta sería la oportunidad que tanto esperaba de hablar con ella sobre una relación con Dios, de una manera muy sencilla, como de un hijo que habla a su padre.

-Trabajo en Barcelona pero mi gran pasión es ayudar a la gente -le digo.

-¿Tú eres cristiano?-me pregunta, interrumpiendo el flujo de la comunicación.

-Sí,¡soy cristiano!-le contesto, exacatamente en el momento que sentía la brisa soplando sobre mi rostro.

-¿Eres brasileño? -me pregunta, pues seguía curiosa queriendo saber más detalles acerca de mí.

-¡Soy brasileño!-le contesto, mirando hacia su rostro pues de una manera también inusitada fui capaz de verla con más clareza pues había como si fuera una luz sobre su rostro y ví la expresión de su sonrisa por el hecho de haberle respondido que era de Brasil.

-¡Soy cristiana también!-me dice, con alegría y emoción.

-¡Ah sí!, exclamo, dejando que termine lo que supuestamente debería completar.

-Estaba en la fiesta y salí un rato para orar aquí en la playa- seguía, con entusiasmo.

-No estoy sorpreso porque llevo más de 2 años encontrando gente así- le digo.

-Mi pasión es Brasil y me gustaría ir a Brasil para hacer misiones- me comenta, con pasión.

-Estoy seguro que esto es un “divine appointment”- le contesto, seguro que la probabilidad de haber un brasileño con una holandesa a las 2 de la mañana en Barceloneta estadistícamente hablando es casí nula.

Pasan algunos minutos y cuando veo estoy hablando sobre el real significado de ser Iglesia, que no es una estructura o un conjunto de dogmas, pero donde dos o tres están reunidos, somos las Iglesia, aunque haya diferentes idiomas, culturas distintas, estilos de vida completamente antagónicos, si tenemos el mismo Padre y Dios, Señor de todos, somos su Iglesia.

Cuando me di cuenta, Ilse estaba de rodillas sobre la arena.

-Oraré en portugués-le dije, porque sabía que quería irse a Brasil.

Cuando se levanta, traduzco la oración al inglés.

-¿Puedo cantar una canción? -me pregunta, llena de alegría.

-Podemos hacer la cena o hasta bautizar a cualquiera pues agua no nos falta en este lugar -pienso yo.

La chica empezó a cantar en inglés y sentia la brisa y las olas del mar como se hiciesen la segunda voz de su canción y era como si la letra dijera: Id y pregad el Evangelio por todas las naciones…

Cuando se levantó, solo le he preguntado su correo electrónico y lo he apuntado en mi teléfono. Eran las 3 de la mañana más o menos cuando cada uno tomó su camino como si estubiéramos anestesiados o dentro de un sueño.

Cuando llegué a casa, parecía de hecho un sueño, un ángel había pasado por mí o yo era el própio ángel pasando por Barceloneta pues alguién esperaba a un encuentro inusitado, una palabra, una oración, un “divine appointment”.

Fue exactamente así que conocí a Ilse hace casí dos años.

Fábio
Barcelona

1 comentario:

miriam dijo...

me gustó mucho!
me recordó cuando yo te conoci en bcn hace un año.
Escribes muy bien. Y me caes muy bien, jeje.